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ENTREGA DE CERTIFICADOS DE BACHILLERATO A DISTANCIA
Muy buenos días a todos y a todas, a todos mis colegas de la Secretaría, Maestro Ulises, maestra María Elena, a nuestras aliadas y socias de la UNAM, muy agradecida porque estén con nosotros, Carmen Villatoro, maestra en representación de nuestra querida Judith Zubieta, muchas gracias, y sobre todo a esta egresada tan entusiasta y tan inteligente. Bienvenidas todas y todos.
Normalmente cuando ocurre una graduación ya tenemos una especie de catálogo de frases hechas: “han concluido una etapa muy importante en su vida”, “han recorrido un camino difícil, pero ahora ven la satisfacción”, “sus padres deben estar orgullosos de lo que ustedes han hecho”, y como dice Carmen: “no le hemos tenido miedo al triunfo de lograr eso”.
Quiero decirles que todo eso se dice porque es real, porque efectivamente cuando uno termina una etapa importante de su desarrollo profesional, en este caso el bachillerato, se cumplieron todas esas características y esos requisitos.
Pero yo quiero agregar uno más, que espero que en muy pocos años no tenga que ser repetido, en México, nosotros tenemos cubierta toda la demanda de educación básica, es decir, todos los niños que quieran cursar la primaria tienen un asiento en una escuela, y sin embargo, el enorme reto que tiene ahora México no es la cobertura, que no es cualquier cosa.
Cuando uno viaja a otros países se da cuenta que el sistema educativo mexicano, con todas sus limitaciones, es un sistema sumamente robusto, importante, pujante y que no es poco el dinero que destinamos a educación; sin embargo, en educación básica tenemos un grandísimo reto de calidad en educación, porque no basta con ir a la escuela y no basta con tener el certificado, hay que aprender en la escuela, los niños en la primaria tienen que aprender a leer y escribir, y parece obvio pero no lo es, aprender a leer entendido como comprender, como aprender, como saber realmente el significado de cada palabra, de cada oración y de cada texto que se tiene enfrente para poder impactarse, para poder alegrarse, para poder enojarse, para poder llorar con lo que se está leyendo.
En segundo lugar, los niños de primaria tienen que aprender a escribir, y aprender a escribir no para firmar, sino para contar una historia, ustedes saben en español lo importante que son los signos de puntuación y la ortografía, no es una exquisitez de grande literatos, pueden hacer juegos de cómo una frase mal escrita puede llevar a problemas terribles, y los niños en primaria tienen que aprender a hacer las operaciones matemáticas básicas —sumar, restar, multiplicar, dividir— y sin embargo, eso, desgraciadamente en las evaluaciones internacionales como PISA y de la OCDE, y no se está cumpliendo adecuadamente y entonces a veces tenemos jóvenes adultos que llegan al bachillerato y que sin esas dos piedras angulares, que son leer y escribir y las operaciones matemáticas básicas, no pueden avanzar hacia lo más complejo.
En la secundaria hay otras habilidades que se tienen que aprender, pero finalmente también tenemos cubierto el 100 por ciento de los espacios necesarios para otorgar la educación básica, pero a nivel secundaria.
Pero es en bachillerato donde el reloj de arena tiene su cintura, es ahí donde la mayoría deserta, y es un problema gravísimo que tenemos en el país, con ustedes se está demostrando que es posible solucionarlo, que es posible que las personas que no tuvieron la opción de una preparatoria presencial, por la razón que sea, no solamente porque no hayan sido admitidos, me niego categóricamente a que la gran generación de estudiantes de Bachillerato a Distancia, que son ustedes, sean vistos como aquellos que fueron rechazados de las opciones terminales, de ninguna manera, ustedes esta opción porque decidieron que ésta era la mejor para ustedes y eso es muy importante.
En segundo lugar, ustedes ya vivieron las ventajas de un sistema a distancia; en primer lugar vieron la enorme posibilidad que significa no tener que pasar 30, 40, 50 o hasta dos horas de traslado para poder estudiar.
En segundo lugar vieron la ventaja de no tener que levantarse temprano para llegar a las 7:00 de la mañana a clases, aunque algunos de ustedes, como su compañera, seguramente estaban trabajando en la madrugada. Pudieron combinar con su trabajo, con el cuidado de su familia esta opción, pero sobre todo, demostraron el reto de la autodisciplina, ser autodidacta y tener la convicción de decir ‘no me está esperando nadie para ponerme una falta o para ponerme un retraso, sino que simplemente mi responsabilidad, yo sé en qué momento la asumí y cómo la voy a cumplir’. Eso es algo valiosísimo.
Esta generación también representa eso, el reto de ser personas responsables de si mismas y de saber administrar su tiempo y saber decir cuál es el momento más apropiado, la gente tiene biorritmo y para algunas personas en la mañana es terrible, no hay manera de despertar, hay gente que es nocturna y en la noche trabaja espléndidamente, y hay gente que si trabaja en la mañana ni de broma podría ir a una escuela nocturna, en cambio si estudia tempranito puede estudiar en la tarde.
La educación a distancia de ninguna manera es una opción de segunda con todo lo que acabo de mencionar, pero sobre todo porque sus costos y sus recursos están puestos, como dijo Carmen también, en el futuro de la educación, que es cada vez más el uso de las tecnologías.
Ustedes seguramente saben usar mejor una computadora, una plataforma y los recursos del sistema educativo a distancia y virtual en mejores condiciones que compañeros que están en educación presencial. Y finalmente porque este bachillerato es nada menos un bachillerato de nuestra Universidad Nacional Autónoma de México, la mayor casa de estudios de nuestro país.
¿Y por qué la Secretaría de Educación del Distrito Federal decidió tener esta alianza? Porque estamos convencidos de que la UNAM debe llegar a todos los rincones de la ciudad, y que si efectivamente el margen de presupuestal, el margen de infraestructura no hace posible que todos los jóvenes o los adultos que quieran entrar a una preparatoria de la UNAM lo hagan, nosotros estamos encantados de acercar todavía más nuestra Universidad por la vía de la educación a distancia.
Como ustedes saben, su título es un título de la UNAM y de la Secretaría de Educación del Distrito Federal, de tal manera que estamos muy orgullosos del esfuerzo que están realizando.
Finalmente quiero decirles que para nosotros, el hecho de que el día de hoy ustedes se gradúen es la prueba viva de que estos 370 jóvenes que forman parte del universo de los 12 mil estudiantes que están en activo de este bachillerato, y que forman parte de las 16 delegaciones y que ya han ido egresando, son la prueba viva de que es posible resolver el problema de la deserción en el bachillerato, tanto para los jóvenes que están en la edad típica para estudiar, como para las personas que por alguna razón están tomando el bachillerato después de la edad establecida para esto.
Y, ahora que el bachillerato es ya obligatorio en la ciudad, ustedes son los pioneros, ustedes son la vanguardia, ustedes son la punta de lanza de que sí es posible y por eso estamos muy orgullosos de ustedes, por eso los felicitamos de todo corazón, y por eso yo quiero hacerles el día de hoy una propuesta: que no termine aquí nuestra relación educativa y profesional, les quiero pedir que a todos y cada uno de ustedes, si ustedes aceptan, los nombremos asesores honorables de la Secretaría, para que ustedes sean padrinos y madrinas de otro joven o de otro adulto, o de otra mujer, o de otro hombre que decida cursar el bachillerato, que cuando tenga una dificultad o alguna crisis, como las que ustedes pasaron, de que en ese momento ya no sabían qué continuar, puedan tener un amigo, puedan tener un consejero, un asesor que les diga en su experiencia cómo resolvieron los problemas. ¿Les gustaría ser nuestros asesores honorarios?
Bienvenidos y muchas felicidades, vamos a entregarles sus certificados, que bien merecido lo tiene. Muchas gracias y muchas felicidades.